La Nota VIP

Un legado de amor hasta la eternidad

…Aún recuerdo a mi madre haciendo su maleta de viaje, se aproximaba una reunión plenaria en Santa Marta. Mientras empacaba, en su habitación resonaban las notas del himno Juriscoop. Para ese entonces ella iniciaba sus viajes como delegada y quería recordar con detalle la letra para entonarlo con orgullo en el acto de inauguración. Esas notas musicales se hicieron parte de nuestra infancia, mis dos hermanos y yo lo aprendimos y lo tarareamos en cada viaje de mamá. A su regreso, ella nos contaba todo lo acontecido, lo feliz que la hacía ir y compartir con otros delegados, nos traía algún relago y sobre todo, nos traía su cariño y compañía de vuelta. Luego, se sentaba a redactar el informe para presentar al comité de dirección de la seccional, teniendo en cuenta los estatutos. Si alguien los estudiaba con detalle y los sabía de memoria, esa era mi madre. Su gran entrega por la cooperativa, los años dedicados como socia fundadora y su cariño por servir y ayudar a los demás, hicieron que mi madre fuera galardonada en varias ocasiones con distinciones honoríficas que resaltaban su labor y compromiso. Como hijos, ha sido un orgullo ver esa hermosa trayectoria y todo un reto imitarla.
El sentir cooperativo fue algo que marcó no sólo nuestra infancia, sino también nuestras vidas. Desde que tengo uso de razón recuerdo a mi madre hablar de la cooperativa. Asistimos a muchos eventos en donde jugábamos hasta el cansancio con los hijos de amigos asociados y en medio de risas y pilatunas fuimos muy felices.

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Autora: Andrea Ortiz, Segunda ganadora del Concurso Ensayo Cooperativo con motivo del 40 aniversario de la Cooperativa.